lunes, 19 de mayo de 2014

LUYS TRISTÁN, A LA SOMBRA DE EL GRECO


Haber tenido a un genio por maestro es posiblemente lo mejor que le pudo pasar a Luis Tristán Escamilla (1586c.-1624) para el desarrollo de su pintura. La influencia del Greco es bien visible en algunas obras del pintor toledano, aunque al estilo que recibe del maestro incorpora el naturalismo aprendido en Italia, donde también fue tocado por la influencia de Caravaggio.

Posiblemente también fruto del aprendizaje y de la experiencia del griego, su primer y principal maestro, Tristán procura no caer en los mismos problemas del Greco que tan a menudo desembocaron en disputas de tasación de sus obras, bien por incomprensión de su estilo, bien por considerar que el pintor incumplía las condiciones de su contrato imponiendo su propia manera de hacer las cosas.

Tristán, no intentará imponer un estilo propio sino que procurará adaptarse en cada caso al gusto del comitente a menudo reacio a cualquier innovación, dando lugar a una gran variedad en su estilo y ejecución; tanta, que a veces dificulta la identificación del Tristán más interesante y auténtico en la amplia y diversa obra que de él conocemos. Visto con los ojos de hoy nos parece un error no haber protegido sus características y su estilo más personal frente a la volatilidad del gusto de los comitentes, como hizo el Greco.

A pesar de ello, al igual que su maestro, siempre tuvo problemas de dinero y prácticamente, como era habitual en la época, vivía de los préstamos que recibía de comerciantes genoveses que monopolizaban la usura en Toledo, a los que pagaba con el dinero que obtenía de sus encargos e incluso con retratos de los propios acreedores que él mismo pintaba.

La imagen de Luis Tristán 

Existe un supuesto autorretrato de Luis Tristán vestido de caballero con amplia gola, perteneciente a una colección privada del que no he encontrado más información que la siguiente imagen y desconozco por tanto el fundamento de la atribución.
Supuesto autorretrato de Luis Tristán. Col.Privada

Un posible autorretrato en el Museo del Prado

 Retrato de Pintor MNP    

Algunos especialistas han considerado que Luis Tristán es el artista que vemos en el Retrato de Pintor que guarda el Museo del Prado catalogado por el museo como 'autorretrato' pero atribuido a Orazio Borgiani (1577c-1616), pintor italiano del que se documentan dos estancias en Toledo en los mismos años de actividad de Tristán. Tal identificación de escaso fundamento, salvo por la coincidencia en el tiempo, resulta casi imposible si comparamos la obra del Museo del Prado con los seguros autorretratos de dicho pintor que se conservan en la Galería Nacional de Arte Antigua de Roma (Palacio Barberini) y en la Accademia de San Luca en Roma.

   O. Borgiani, Autorretratos, P. Barberini (1615)  y Acad. San Luca. Roma (1615-17)  

Los profesores Sánchez Cantón y Pérez Sánchez en los respectivos catálogos del Museo de 1985 y 1996 recogen la posibilidad de que la obra del Museo del Prado se trate del autorretrato de Luis Tristán; a  pesar de ello el Museo mantiene la prácticamente imposible atribución a Borgiani.

Aunque no podamos tener total seguridad en dicha atribución me inclino a considerar la propuesta de ambos profesores no solo por las notables diferencias con el pintor italiano, sino por la semejanza del personaje con el paje que nos mira desde el primer plano en la esquina derecha inferior de la Adoración de los Reyes en el Retablo de la Vida de Jesús que pinta Luis Tristán para la Iglesia de San Benito de Yepes (Toledo) que tiene características de autorretrato.
Personaje de la Adoración de los Magos de Yepes

Posible autorretrato de Luis Tristán.  

Del mismo modo que la recuperación de la figura de el Greco eclosiona en en 1914 con ocasión de su tercer centenario, diez años después, en 1924, se produce un movimiento similar de reconocimiento y revalorización de la figura de su discípulo Tristán, al cumplirse los trescientos años de su desaparición, aunque evidentemente su celebración no tuvo la misma importancia ni repercusión que la del maestro sino que fue un intento apoyado por personas singulares, Adolfo Aragonés, Francisco de Borja San Román, Narciso Sentenach, Rafael Ramírez de Arellano, entre otros, que tuvo como colofón la colocación de una placa en la toledana Calle del Barco, donde el pintor tuvo su taller, y lo que es más importante, la publicación de una amplia documentación, hasta entonces inédita, sobre la vida del artista toledano.

Esta tarea de recuperación, todavía incompleta, ha tenido un nuevo empuje en fechas más recientes con la publicación de Emilio Pérez Sánchez y Benito Navarrete en 2001 del Catálogo de 120 obras del pintor, patrocinado por la Real Fundación de Toledo.

Algunos datos de su biografía

No se conoce con exactitud la fecha de nacimiento de Luis Rodriguez Tristán Escamilla, pero se sabe que nace en Toledo o en alguna localidad cercana (Palomino) hacia 1586; y que es uno de los cinco hijos de Domingo Rodriguez Tristán y su esposa Ana Escamilla.

Un dato curioso sobre el origen de Luis Tristán es que en el Libro de Oficiales del Arzobispado de Toledo se le considera "extranjero" junto a Dominico Greco, Francisco Granello o Alejandro Flamenco, mientras se considera a Orazio Borgiani como "pintor de Toledo". Esta aparente incongruencia podría tener una posible explicación si pensamos que cada pintor pudiera ser considerado local o extranjero dependiendo de su estilo de pintura o del taller en que trabajase.

Su madre tenía el oficio de mesonera en el Mesón de la Fruta vieja, quizás uno de esos mesones que servía también de teatro, según se deduce del contrato de arrendamiento en el que se recogen los detalles del mesón alquilado a Francisco de Rojas  

"francisco de rojas vecino desta ciudad de toledo eredero en el lugar de Yuncler, ...alquilo a ana de escamilla viuda de domingo rodriguez... una casa meson que yo tengo en las tendillas de san nicolas que llaman de la fruta vieja..."
(10 de Febrero de 1618,- Contrato del mesón)     

Sabemos con seguridad la fecha en la que muere Tristán a la edad aproximada de 38 años,  en Toledo el siete de Diciembre de 1624, tal como refleja su partida de defunción:
"Luys tristan, Alma 12.50m. -"en siete de diciembre de mill seiscientos y veinte y quatro años murio Luys Tristán pintor... dejó por heredera a Ana de Escamilla, su madre... enterrose en el convento de San Pedro Martyr" 
(Libro de difuntos de la parroquia de San Justo de Toledo).

Aprendizaje con El Greco

De 1603 a 1607 es aprendiz en el taller del Greco de quien se considera el principal discípulo junto con Jorge Manuel, hijo del maestro, con quien pudo coincidir en su aprendizaje y de quien es amigo y colaborador a lo largo de toda su vida como demuestran diversos documentos en los que aparecen relacionados como personas de mutua confianza.

Viaje a Italia

Cuenta Jusepe Martínez que Tristán viaja a Italia, donde coincide con el pintor Ribera, para completar su aprendizaje. La fecha exacta de su partida se ignora, pero no puede ser antes de 1609 pues según el estudio publicado por el profesor Gutierrez Pastor (1993) ese año pinta una Crucifixión en Toledo firmada y fechada: "LUYS TRISTAN FACIEBAT / TOLETI. 1609". Además esta obra tiene el interés de ser la primera que aparece firmada como Luys Tristán tras abandonar el apellido materno, Escamilla, que había utilizado hasta entonces.

Vuelta a Toledo

A su regreso de Italia en 1613 se asienta definitivamente en Toledo donde desarrollará su corta carrera artística recibiendo el encargo de tres obras religiosas para el Monasterio de la Sisla por mil seiscientos reales, coincidiendo su terminación prácticamente con la muerte de su maestro, en abril de 1614.

Ese mismo año, Tristán instala su propio taller en la calle del Barco y poco después, se casa en la parroquia de la Magdalena con Catalina de la Higuera, con quien no tuvo hijos. A partir de entonces Tristán inicia su actividad profesional y no dejará de recibir encargos de pinturas para iglesias y conventos toledanos.

Pinturas de Iglesia

Luis Tristán pinta un gran número de obras religiosas para Iglesias toledanas. En ellas suele señalarse, además de las influencias comentadas, la del Retablo de las Cuatro Pascuas que su coetáneo Juan Bautista Maíno realiza en esos mismos años para la Iglesia de san Pedro Mártir de Toledo, de tendencia claramente naturalista, también aprendida en Roma, dotada además de una gran calidad de color. Las custro pinturas de dicho retablo se encuentran actualmente en el Museo del Prado.

Entre las obras religiosas de Tristán es preciso destacar las pinturas de retablos. Dos de ellos se pueden ver en la actualidad en las iglesias para las que fueron realizados: el de La vida de Cristo de la parroquia de San Benito Abad de la villa de Yepes en la provincia de Toledo (1616) y el de Cristo y la Virgen del Convento de Santa Clara en la ciudad de Toledo (1623).

Se tienen noticias de un tercero, hoy disperso, que es el que, al igual que el mencionado antecedente de Mayno, es conocido como de Las Cuatro Pascuas, realizado para el antiguo convento de Jerónimas de la Reina de Toledo. Alabado por Ceán Bermudez, Palomino y Amador de los Ríos, entre otros. De él dice Sixto Ramón Parro (Toledo en la mano. 1857) que sus cuatro pinturas: Nacimiento, Resurrección, Pentecostés y Epifania, "desaparecieron en la exclaustración que sufrieron estas monjas en 1836 por no reunir numero suficiente de ellas para formar comunidad cerrándose el convento... las pinturas probablemente irían a parar a Madríd", de donde parece que salieron al extranjero tras su venta en el siglo XIX.

El retablo de Yepes

De los retablos mencionados, prestaremos especial atención al Retablo mayor de la parroquia de San Benito de la villa de Yepes (Toledo). La iglesia, conocida como "la catedral de la Mancha", fue diseñada en 1533 por el arquitecto toledano Alonso de Covarrubias, maestro mayor de la Catedral de Toledo. Recordemos que su hijo, Antonio, tuvo una estrecha relación de amistad con el Greco, quien pintó su retrato y el de su hermano, Diego, para el que se basó en uno anterior de Sánchez Coello ya que el Greco no llegó a conocer a este último. Estos tres retratos pueden verse en la actualidad en el Museo de la Casa del Greco de Toledo.

El conjunto de pinturas del Retablo de la Iglesia de San Benito es de 1616 y en él podemos ver seis grandes lienzos dedicados a la Vida de Cristo:
  • en el primer cuerpo “La Adoración de los Pastores” y “La Adoración de los Reyes”, 
  • en el segundo, “La Flagelación” y “El Camino al Calvario”
  • en el tercero “La resurrección” y “La Ascensión”.
Luis Tristán. Retablo de la Iglesia de San Benito. Yepes (Toledo)

Completan el conjunto ocho medias figuras situadas sobre las hornacinas de las esculturas. De ellas, las cuatro del segundo cuerpo corresponden a imágenes de santas de las nos vamos a fijar en las dos de los extremos: Santa Mónica (madre de san Agustín) a la izquierda y la Magdalena, (antes llamada Santa Llorosa), a la derecha, que son dos retratos de gran intensidad y belleza, aunque los que vemos en la iglesia son dos copias realizadas hacia 1940 por Federico Avrial, pues los originales se quedaron en el Museo del Prado después de la restauración que se hizo del conjunto de las pinturas del retablo tras la guerra civil. El Inventario del Museo dice que pasaron a su propiedad en 1942.

Santa Mónica del Retablo de Yepes de Luis Tristán. Almacén MNP
María Magdalena del Retablo de Yepes de Luis Tristán. Almacén MNP

Cuesta entender esta "apropiación" del Museo de dos de las pinturas restauradas como si se tratara de cobrar una comisión por los servicios prestados. La integridad de la obra exigiría su presencia junto al resto de las pinturas de Luis Tristán en el retablo de Yepes. Además ambas obras, durante un tiempo expuestas han quedado en la actualidad relegadas al almacén.

El retorno de las pinturas del retablo desde el Museo del Prado debió ser lento y azaroso a juzgar por la carta del 17 de diciembre de 1940 que conserva el archivo del Museo, que dirige José Rivadeneira, cura ecónomo de la parroquia de San Benito, al director del museo, Francisco Sánchez Cantón, reclamando los cuadros que les faltan, uno de los cuales, la Adoración de los Reyes dice estar expuesto en una sala del museo.
Carta de José Rivadeneira, párroco de San Benito, al director del Museo del Prado 17.12.1940 

Las otras cuatro medias figuras del primer cuerpo del retablo corresponden a cuatro santos: San Roque, San Bartolomé, San Sebastián (original perdido) y San Agustín. De ellas destacar por su belleza la imagen de san Roque junto a un niño que señala hacia el cielo.
San Roque del Retablo de Yepes de Luis Tristán. 

Y la imagen del padre de la iglesia, San Agustín, con los símbolos del episcopado, la tiara. la preciosa capa pluvial y el báculo, mirando al espectador, sosteniendo en la mano la maqueta de la Iglesia.
San Agustín del Retablo de Yepes de Luis Tristán. 

Merece la pena desde todos los puntos de vista desplazarse a la villa histórica de Yepes, cercana a Madrid, interesante en muchos aspectos, para ver este retablo admirable y de gran calidad.


Las obras de Tristán en el Museo del Prado

Siete obras de Luis Tristán tiene el Museo del Prado, sin contar el Retrato de Pintor del que hablamos al principio. De ellas se encuentran expuestas las dos procedentes del retablo de Yepes (Sala 10b) y el Retrato de carmelita (Sala 8b) que hasta 1994 se encontraba depositado en el Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria.
Retrato de carmelita de Luis Tristan MNP

Otras dos obras corresponden a imágenes de santos: San Antonio Abad y San Pedro de Alcántara, Actualmente depositadas en el Museo de El Greco (Toledo)
San Antonio Abad                                       San Pedro de Alcántara

Una obra a estudiar es la denominada Retrato de anciano, considerada de dudosa atribución. Esta obra nos recuerda al retrato de Fernández de Liébana del Consejo Real, Presidente de la Chancillería de Valladolid (1578), que se encuentra en la Capilla de Santa Catalina de la catedral nueva de Salamanca, que algunos atribuyen a Navarrete el Mudo y otros a Sánchez Coello (M. Kusche).
      Retrato de anciano MNP  (Almacén)                 Retrato de Fdez. de Liébana 

Para terminar destacaremos La Última Cena adquirida por el Museo del Prado en 1993 a Stanley Moss, Nueva York, con fondos de Fervisa S.A. procedentes del legado Villaescusa.
La Última Cena h.1620 MNP (Almacén)

En la parroquia de la localidad toledana de Cuerva se conserva otra Cena de Luis Tristán que durante mucho tiempo se creyó procedente del refectorio del monasterio de Santa María de la Sisla, ya que fue uno de los primeros encargos que el artista recibió en Toledo a su vuelta de Italia; no obstante la pintura de Cuerva, está relacionada con un encargo de Pedro Lasso de la Vega para la capilla de las Reliquias de la Iglesia de Santiago Apóstol de dicha localidad, sin que se sepa a ciencia cierta qué ocurrió con la de la Sisla de la que se dice que desapareció durante la invasión napoleónica (F. de B. San Román).
La Última Cena  Capilla de las Reliquias, Cuerva

Las mesas presentan excelentes bodegones que nos traen a la memoria el mismo tipo de elementos que su paisano y coetáneo Sánchez Cotán incorpora a sus obras aunque cambiando el fondo oscuro y el enmarcado de las obras del maestro del bodegón por el color claro del mantel en un meritorio ejercicio de blanco sobre blanco.
Ultima Cena del Prado (detalle) 
Ultima Cena de Cuerva (detalle)

Además de otras diferencias, como el hecho de que en la Cena del Prado se sirva cordero mientras en la Cena de Cuerva, sea conejo, lo que es propio de la zona a la que iba destinado el cuadro; señalar por su curiosidad un pequeño personaje que se puede ver en la Cena del Museo del Prado, ausente en la de Cuerva.
Detalle de la Última Cena de Tristán MNP

Algunas obras de Luis Tristán puestas en relación con las de su maestro

Para terminar he elegido una serie de obras realizadas por el maestro y el discípulo con la misma o similar temática, sin ánimo de hacer comparación sino para mostrar lo que de común y de diverso hay entre ellas. (Siempre Greco izquierda - Tristán, derecha)

Frailes 

 Cardenal Niño

Caridad y Misericordia

Santiago y San José

S. Jerónimo

Trinidad

S. Francisco y S. Pedro de Alcántara

San Luis Rey de Francia

Bautismo (detalles)

Se suele decir que Luis Tristán representa el nexo de unión entre el Greco y Velázquez. Decía Palomino, que Tristán "excedió a su maestro Dominico Greco en el buen gusto y corrección del dibujo, que mereció que Velázquez se aplicase a seguir su manera de pintar por lo bien que le pareció, abandonando la de Pacheco"; también decía que a Velázquez le "causaban mayor armonía las pinturas de Tristán por tener rumbo semejante a su humor, por lo extraño del pensar y viveza de los conceptos y por esta causa se declaró imitador suyo."

Es evidente que Palomino no es muy admirador de el Greco y se le fue la pluma en la alabanza de Tristán, pero este comentario nos llevaría a otro tema de interés como es el del estudio de la relación entre el Greco, Luis Tristán y Velázquez;  también quedaría pendiente hablar de los discípulos de Tristán y en general de la Escuela Toledana de pintura, además de completar la visión de importantes hitos de su obra como el retablo del monasterio de Santa Clara en Toledo que será objeto de una próxima entrada cuando podamos realizar la visita una vez se terminen las obras que actualmente se están realizando en la iglesia.