domingo, 18 de noviembre de 2012

PINTORAS EN EL MUSEO DEL PRADO IN & OUT (II) EN EL ALMACÉN

No podemos decir que los almacenes del Museo del Prado guarden una cuantiosa obra de mujeres, pero sí que varias de las obras de pintoras que en ellos se conservan han estado durante décadas expuestas al público y hoy se encuentran relegadas a la oscuridad del almacén, saliendo algunas de ellas de vez en cuando a cubrir huecos dejados por obras que el Museo cede a otras exposiciones (lo que ocurre con cierta frecuencia. Ver entrada: Cambios en Sala 56.)

Las relación de pintoras cuyas obras se guardan en el almacén en la actualidad comienza con las hermanas Anguissola y son las siguientes:

LUCÍA ANGUISSOLA
(Cremona 1540c-1565)


Lucia era la segunda de las cinco hermanas de Sofonisba Anguissola,  que a diferencia de Elena que la acompañó en su aprendizaje con el maestro Campi en Cremona, formaba parte del grupo de hermanas que aprendieron la pintura de la propia Sofonisba. Todas ellas fueron artistas siguiendo la estela de la hermana mayor y alguna de ellas dejó, como en este caso, algunas obras notables

Su muerte prematura, a decir de la especialista Maria Kusche, nos privó de una pintora prometedora, tan buena al menos como lo fue su hermana.


Retrato de Pietro Manna, médico de Cremona. [P016] 

Pintado hacia 1557, es la única obra que el Museo del Prado posee de esta artista, que fue enviada a España por su padre durante la estancia española de Sofonisba, (1559-1573) quizás con la esperanza de que pudiera correr la misma suerte que ella. Se ha dicho que el personaje podría ser su abuelo materno, aunque también se ha apuntado que lo más probable es que fuera un médico amigo de la familia. Vasari, que vio la obra cuando visitó a los Anguissola en Cremona, la alaba en Las VidasLucia firmó su cuadro en el brazo izquierdo del sillón como hija de Amilcar y adolescente. La obra pasó a formar parte de la Colección Real. 


A menudo podemos ver la obra expuesta en el Museo sustituyendo al Felipe II de Sofonisba Anguissola mientras éste último viaja por distintas exposiciones.


SOFONISBA ANGUISSOLA 
(Cremona 1532c-Palermo 1625)

Aunque en este caso no estamos ante una de las obras de Sofonisba Anguissola es preciso hacer una breve mención a un retrato que guarda estrecha relación con ella.

El retrato de Isabel de Valois [P1030]
Juan Pantoja de la Cruz, Retrato de Isabel Valois según Sofonisba Anguissola

La obra en cuestión es el retrato realizado por Juan Pantoja de la Cruz de la tercera esposa de Felipe II, la francesa Isabel de Valois ya que se trata de una copia de tres cuartos del retrato de cuerpo entero que había realizado Sofonisba Anguissola por encargo del papa Pío IV, hoy desaparecido.

El original de Sofonisba fue copiado en muchas ocasiones tanto por Sánchez Coello como por Pantoja de la Cruz, pero tan solo la copia que realizó Rubens fue fiel al original ya que la hizo de cuerpo entero.  Esta obra no siempre se guarda en el almacén pues se expone con frecuencia para cubrir el préstamo de alguna otra obra del grupo de Retratos relacionados con la figura de Felipe II.

Finalmente el Museo guarda en su almacén otra obra de Sofonisba Anguissola de reciente adquisición.

Retrato de Giovanni Battista Caselli, poeta de Cremona, [P08110] 

Obra adquirida en Mayo de 2012 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte por 60.000€ a la Galería Caylus y asignada al Museo del Prado en Septiembre de 2012 tras su restauración. La historia de esta obra y su entrada en el Museo del Prado puede leerse en otra entrada de este blog.

Sofonisba Anguissola. Retrato de Giovanni Battista Caselli, poeta de Cremona, [P08110] 


MARGARITA CAFFI
(Milán, c.1650-1710) 

Pintora barroca italiana especializada en la pintura de bodegones de flores y frutas. Son pocos los datos ciertos que se conocen de la biografía de esta pintora. Firma alguna obra como vicenzina, que aunque algunos han querido ver una alusión a su posible ciudad de origen, Vicenza, lo más probable es que tal apodo se le asignara por el nombre de su padre, Vincenzo Volò, pintor de naturalezas muertas.

Se casó con Ludovico Caffi, pintor especializado en la pintura de flores, de quien tomó el nombre. Trabajó para los grandes duques de Toscana, los archiduques del Tirol y la corte española, donde era muy estimada como demuestran las continuas menciones y las numerosas obras conservadas en museos y colecciones españolas, como la Academia de BBAA de San Fernando, el Palacio de la Granja de San Ildefonso o el Museo del Prado. Desarrolla un estilo propio, de pincelada ligera y toques luminosos sobre sombras en la realización de sus ricos floreros. En Milán creó una escuela de naturalezas muertas. 

El Museo del Prado cuenta con cuatro obras de esta pintora italiana de las que tres se encuentran en el almacén.
Rosal en flor [P3997] óleo sobre lienzo, 152x196cm. 
  Florero, [P2779] óleo sobre lienzo, 104 x 65 cm.
  Florero, [P2778] óleo sobre lienzo, 104 x 65 cm.  


LOUISE DE LINIERS
(n. París, 1864)

Louise de Liniers, de soltera Louise Courbot, es una pintora francesa. Fue alumna de J. L. Brown y de Barcias, especializándose en la pintura de bodegones y animales. Expuso en el Salón de París desde 1889 y obtuvo medalla de plata en 1921. Las dos pinturas que guarda el Museo del Prado fueron donadas por la marquesa viuda de Cabriñana en 1894.
 Pájaros, [P3740] y [P3741] óleos sobre lienzo, 32 23 cm, firmados. 


TERESA MADASÚ Y CELESTINO
(Zaragoza, 1848 - Madrid 1917) 

Pintora, dibujante y litógrafa. Nacida el 13 de mayo de 1848, hija de Antonio Madasú y Tomás, funcionario que es destinado a Linares donde Teresa se educó y realizó sus primeros dibujos, aunque a pesar de su buena predisposición la familia no tenía medios para proporcionarle un profesor de dibujo. En 1871 el Sr. Madasú quedó cesante, trasladándose a Madrid, donde Teresa y sus tres hermanas se dedicaron a la costura para ayudar a la frágil economía familiar. En 1873 recibe su primer encargo de dibujante para una obra sobre antigüedades artísticas que editaba José Gil Dorregaray. 

Cuando el Conservatorio de Artes abre una cátedra pública de dibujo para señoritas, bajo la dirección del profesor José Vallejo, Teresa asiste a las clases y realiza una serie de 22 dibujos ganando con ellos diversos premios y su publicación por el Ministerio de Fomento. Ello le anima a matricularse en la Escuela Especial de Pintura de Madrid al tiempo que seguía realizando copias de objetos del Museo Arqueológico, para El Museo Español de Antigüedades de Dorregaray. Al mismo tiempo colabora en diferentes publicaciones como La Ilustración Católica (5.5.1878) donde publican su dibujo de la escultura El mendigo Lázaro de Alcoverro.

"El mendigo Lázaro, fotografía de Laurent, dibujo de Teresa Madasú, grabado A. Carretero".

Aprende a litografiar y empieza a copiar fósiles que son publicados por la Comisión del Mapa Geológico. Obtuvo una pensión del Ministerio de Fomento y fue premiada en distintas exposiciones a las que presentó sus dibujos, acuarelas y litografías. Su nombre aparece entre los copistas del Museo del Prado en el mes de junio de 1875.

Hacia 1876 se casa con Joaquín Avellaneda y Rico, un farmaceutico de Cieza (Murcia), inspector de Hacienda, y en 1880 finaliza sus estudios en la Academia y continua colaborando en diversas publicaciones hasta 1888 en que es nombrada profesora de "Dibujo con aplicación a las artes y a la industria” en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, proyecto educativo creado en 1870 por Fernando de Castro político y pedagogo de ideología krausista, que ofrecía a las mujeres de clase media la oportunidad de tener acceso a la enseñanza de una profesión. Teresa se incorpora a la  Sección de Dibujo y Pintura que se había creado en 1883. Tenían una estrecha relación con la Institución Libre de Enseñanza con la que compartían buena parte de su profesorado.  En el diario La Correspondencia de España de 30 de Diciembre de 1897 se informa de que ha obtenido el primer premio de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, ciudad en la que fallece en 1917.

(Información extraída en parte del artículo de Eugenio Maffei “Trabajos geológicos. La señorita doña Teresa Madasú” en El Imparcial, 8 junio 1874, del blog de Fernando Alcolea, "Mujeres Pintoras" y del Padrón Municipal de Madrid de 1890.) 

El Museo del Prado conserva una única obra de esta pintora que es la copia del retrato del político y escritor Melchor-Rafael de Macanaz y Montesinos (Hellín, Albacete, 1670-1760) que fue Fiscal General en la corte de Felipe V y Ministro Plenipotenciario con Fernando VI; en la imagen sostiene un plano con la reforma urbana de la ciudad de Xátiva (Valencia), llamada San Felipe en el siglo XVIII.
Melchor de Macanaz (copia) Óleo sobre lienzo. H.1877 MNP

MARIETTA ROBUSTI "LA TINTORETTA"
(Venecia, c1554-1590)

Hija de Jacopo Robusti y por ello también conocida como 'La Tintoretta", aprendió a pintar en el taller de su padre. Carlo Ridolfi, biógrafo del pintor, cuenta que a pesar de ser ilegítima era su hija preferida y acompañaba a todas partes a su padre, vestida de chico.

Se casó con un orfebre y joyero, Mario Augusta, aunque siempre permaneció cerca de su padre. Lamentablemente nunca fue reconocida su obra en vida. Hay diversas fuentes que que hablan sobre su  muerte prematura sin ofrecer demasiados detalles.

  Autorretrato? [P381]         Joven Veneciana [P383]           Dama veneciana [P400] 

En el Museo del Prado se conservan tres retratos de dama*, uno de los cuales podría ser un autorretrato. Marietta nunca recibió encargos públicos que le permitieran demostrar sus dotes de artista. Se especializó en pinturas de pequeño formato, principalmente retratos de uso privado. Muy pocas obras pueden serle atribuidas con seguridad.

*El silencio del Museo sobre esta pintora es clamoroso, ya que apenas ofrece información alguna sobre ella y la mayor parte de las referencias que tenemos son ajenas a la institución.


ROSARIO WEISS Y ZORRILLA
(Madrid, 1814 - 1843)

Hija de Isidoro Weiss, y de Leocadia Zorrilla Galarza, hacia 1820 pasó a vivir, junto a su madre y su hermano con Francisco de Goya en la Quinta del Sordo y en 1824, cuando Goya se exilia en Burdeos, se traslada con su madre a vivir de nuevo con él y empieza a tomar lecciones de pintura del maestro. 
En 1828, tras la muerte de Goya, siguieron viviendo un tiempo en Burdeos donde asistía a clases de dibujo y pintura y a la escuela gratuita de Pierre Lacour, pinstor discípulo de David, donde aprendió a litografiar. Tras la amnistía de 1832 para los  delitos contra Fernando VII, Rosario, junto a su madre y hermano, vuelve a Madrid y se incorpora a las actividades del Liceo Artístico y Literario tras su creación en 1837 y también estuvo ligada a la Academia de Bellas Artes de San Fernando donde participa en exposiciones presentando copias de obras de Murillo, Velázquez  o Goya. 

En 1839 es nombrada académica de mérito. En 1842 accede al puesto de maestra de Dibujo de Isabel II y su hermana la infanta Luisa Fernanda, probablemente gracias a la intervención de su tutor, Argüelles, aunque a causa de su mala salud murió al año siguiente sin haber cumplido los treinta años.

Su memoria siempre ha estado ligada a la de Goya, de quien se dice que era hija aunque nunca ha podido documentarse tal relación. Sus obras se encuentran repartidas en diversos museos e instituciones y una buena muestra de sus dibujos se encuentra en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid y en la BNE. El Museo del Prado conserva de esta artista el Retrato de Los Duques de San Fernando de Quiroga.

R. Weiss, Retrato de Los Duques de San Fernando de Quiroga. H.1833 MNP P04660

El Museo del Romanticismo posee una litografía de la misma obra realizada por Rosario Weiss, mientras el Museo del Prado posee una pequeña obra de Rafael Tegeo con los mismos personajes aunque con un fondo paisajístico. Se dice que ambas obras son versiones reducidas de un supuesto retrato de gran formato realizado por Tegeo del que no se conoce el paradero.
Rosario Weiss. Litografia. Mª Luisa de Borbón y Joaquín de San Fernando. MROM
R.Tegeo, Retrato de Los Duques de S. Fernando de Quiroga. H.1833 MNP P05975


CATARINA YKENS
(Amberes 1659-1737)
Pintora flamenca. Sigue la vocación pictórica familiar, ya que es hija de Jan Ykens y sobrina del bodegonista Frans Ykens, quien a su vez era sobrino de Osias Beert I. Su nombre aparece registrado en la corporación de San Lucas en 1687.

Cultivó la pintura de naturaleza muerta, principalmente la de flores, género entonces considerado menor. Su obra conocida es escasa. Durante décadas, en los sucesivos catálogos del Museo, figuraron dos obras de Catarina Ykens que en la actualidad se atribuyen a Daniel Seghers. En su lugar hoy se registran otras dos obras de esta autora, una de las cuales se encuentra en el almacén y otra forma parte del Prado disperso.
Obra en el almacén: Guirnalda con paisaje, [P1902] 
Firmado Catherina Ykens fecit, en el ángulo inferior izquierdo. Procede de la Colección Real. Aranjuez.

JULIA ALCAIDE MONTOYA
Gijón, 1885-1939


Su formación artística comienza en en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid en la que pronto destaca en las diferentes técnicas pictóricas como el óleo, la acuarela o el pastel. Se relaciona en el ambiente cultural madrileño artistas y escritores como Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán.

Aunque se especializa en bodegones, floreros y escenas de caza y paisajes, también realiza interesantes retratos, como su propio autorretrato (a la izquierda) una excelente obra que se expone en la Casa Museo de Jovellanos de Gijón.

Se la considera como pionera de las pintoras asturianas. Participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, siendo galardonada en diversas ediciones. Concurrió por última vez a una exposición en 1935, el año en que cumplía los ochenta años.
Julia Alcaide Montoya. Frutas, firmado, 1911 [P06346].
Legado testamentario de la autora al MAM, 1940

EMILIA CARMENA MONALDI
(Emilia Carmena de Prota) 
Madrid 1823 – 1900 

Nacida en Madrid el 5 de abril de 1823, Emilia era hija del empresario Juan Escribano Carmena y de Luisa Monaldi Mancini (+ 1875). Las primeras noticias que conocemos de su actividad artística datan de 1844 año en que presenta sus obras a la Exposición de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. La crítica, firmada por Eugenio Ochoa, dice que “presenta varias copias que son mejores que sus retratos”  (Semanario de Palma 1844 noviembre 14).

En 1845 el escritor Antonio Flores la menciona en sus crónicas de Viajes por las provincias vascongadas, que se publican en el diario El Laberinto y en las que se reproducen algunos de sus dibujos.
            “Sentada en aquellas peñas y con la paleta en la mano, vimos más de una vez a nuestra apreciable compatriota la señorita doña Emilia Carmena, a cuya amabilidad debemos el poder ilustrar estos artículos con algunos de los muchos dibujos que, después de su viaje a las provincias Vascongadas, enriquecen hoy el estudio de tan distinguida joven.” 
Emilia Carmena Monaldi “Viajes a las provincias vascongadas. El Laberinto, 1 enero 1845.  

También participa en las actividades del Liceo Artístico y Literario exponiendo algunas de sus obras. (El Heraldo 21 de junio de 1848). En 1850 fue nombrada Pintora de Cámara, (La Patria 23/4/1850, p.4). Patrimonio Nacional, conserva en el palacio de Riofrio una copia de la Mona Lisa, copia de la obra de taller existente en el Museo del Prado y en la Granja de San Ildefonso una copia de la Virgen del Pez de Rafael. También pertenece a Patrimonio Nacional su Retrato de Infante muerto representando al Príncipe de Asturias que apenas vivió unos minutos y que también fue retratado por otros artistas como  José Roldán, Gómez CrosFederico de Madrazo
Copias: la Virgen del Pez de Rafael (1846) y la Mona Lisa, (1847) copia del MNP
Emilia Carmena. 1850 Retrato de infante muerto. PN.

En la misma fecha es designada maestra de pintura de las infantas Cristina y Amalia, hijas de Isabel II (La España 9 de abril 1850). El archivo del Museo del Prado conserva la Carta que envía en 1851 al director del Museo de Pinturas, José de Madrazo, por la que solicita los cuadros números 129 y 130 para que sean copiados por la infanta doña Amalia. (Caja : 352 / Legajo: 18.06 / Nº Exp: 21 / Nº Doc: 8). Según el catálogo de José de Madrazo de 1856 se trata de dos obras de la Escuela Napolitana, una de carácter religioso y un Bodegón.

Se casa en torno a 1853 con Alejandro Prota y Boasi (1826-1899), siciliano de Paternò (Catania), afincado en España, secretario honorario del rey y apoderado general del Duque de Berwick y de Alba. Fruto de ese matrimonio nacerá su única hija Isabel Prota y Carmena (1854-1928) que sera apadrinada por Isabel II Francisco de Asís y que con el tiempo se convertirá en una famosa compositora de música religiosa.

Cuenta Carmen Pescador del Hoyo en su artículo La colección de cuadros de las Dominicas de Loeches, (Anales del Instituto de Estudios Madrileños, nº 24, 1987) que en 1853 visitó el convento Emilia Carmena con su marido, en su condición de apoderado del duque de Alba y luego escribió: "Vi su hermoso templo desnudo, dolor me causó su vista y el no poder remediar los males causados por la invasión francesa" y ya que no podía devolver los cuadros expoliados decidió dedicarse a pintar obras para cubrir los huecos dejados, empezando por una gran Inmaculada para el altar mayor que entrega como regalo al convento en 1854. A partir de entonces de forma continua va realizando obras que va entregando de forma generosa al convento ya que no acepta pago por ellas. Convierte el convento en el principal destinatario de su actividad artística hasta el final de sus días, sumando un total de 52 pinturas, según consta en la relación que ella misma realiza en 1880. Falleció en Madrid el 25 de mayo de 1900.
Emilia Carmena, Retrato de su madre Luisa Monaldi. Convento de Dominicas de Loeches 
(Reprod. en Pescador, Carmen. Art. citado Nº 202 de la relación de cuadros) 
En el IPCE figura por error como retrato de la pintora, con el apellido Carmona.  
Emilia carmena, Santa Catalina, IPCE

(La información biográfica procede en parte del artículo de Carmen Pescador mencionado, de la página de Fernando Alcolea dedicada a Mujeres Pintoras, además de otras fuentes diversas como el Padrón municipal de Madrid, la hemeroteca BNE o Biblioteca Virtual de Prensa Histórica - MECD) 

La obra del Museo del Prado: Retrato de Juan Antonio Martínez.[P05938]
Emilia Carmena Monaldi.  Retrato de Juan Antonio Martinez Alcobendas, 1864 MNP

La obra aparece fechada y firmada y su atribución actual proviene de la transcripción realizada en su momento de la firma, por la que se indica la autoría de un inexistente pintor llamado Emilio Carmona de Rota, de quien se afirma que "se tienen escasas referencias biográficas".

La realidad es que no existe referencia biográfica alguna relativa a ese presunto autor, salvo la propia auto-referencia del Museo. De acuerdo con la descripción que figura en el “Prado Disperso, Obras depositadas en Zaragoza - Addenda Obras en el Museo de la Rioja” (Boletín del Museo del Prado nº 34 de 1995) la firma y la fecha aparecen abajo a la izquierda´

La firma y la fecha aparecen efectivamente abajo a la izquierda, aunque la imagen de que disponemos no nos permite una correcta visualización. El Museo informa de que la inscripción que figura es la siguiente:

Emilio Carmona de Rota fecit en Madrid en 1864

Considero que la transcripción es errónea (a falta de constatación a la vista de la obra, actualmente en el depósito del museo), y considero que debería ser:

Emilia Carmena de Prota fecit en Madrid en 1854

Ello supondría la adjudicación de la obra no a un pintor sino a la pintora nombrada, Emilia Carmena Monaldi también conocida como Emilia Carmena de Prota.

En cuanto al personaje representado

En el cuadro aparece otra inscripción arriba a la izquierda sobre una columna enmarcada en una especie de escudo que dice: El excmo Sôr Don / Juan Antonio Martinez / Año de / 1822. El Museo no aporta ninguna información sobre el mismo.

Tras la correspondiente búsqueda se puede afirmar que se trata del Mariscal de Campo Juan Antonio Martinez Alcobendas y Varela (Madrid 1769-1825) que fue Gobernador General de las islas Filipinas entre 1822 a 1824, y que muere en 1825 precisamente en el viaje de retorno de las Islas después de haber cumplido su mandato, tal como se recoge en el Índice de personas nobles y otras de calidad que han estado en Filipinas 1521 – 1898, publicado por W. E. Retana en el Boletín de la RAH, tomo 76 (junio 1920).

Se da la circunstancia de que este personaje, Juan Antonio Martínez Alcobendas, era descendiente directo del célebre arquitecto madrileño Juan de Villanueva, ya que era nieto de su única hija, Paula Villanueva Moraza.

Con esta obra se incorpora una pintora más a la nómina de mujeres que integran la colección del Museo Nacional del Prado.

El Museo del Prado ha estudiado y aceptado la propuesta y lo ha reflejado en la Galería Online donde puede verse desde hoy, 22 de Junio de 2018

La inscripción, una vez revisada por parte del personal técnico del Museo, se transcribe en la Galería Online que muestra lo siguiente: 
En la parte izquierda del cuadro, sobre una columna, aparece la inscripción "El Excmo Sr Don Juan Antonio Martinez Año de 1822". Más abajo, en la parte inferior de la columna, firmado y fechado: "Emilia Carmena de Prota Fecit en Madrid 1854"


ELISABETH-LOUISE VIGÉE LEBRUN
París, 1755 - 1842

Pintora y retratista francesa. Nació en 1755 en París en el seno de una familia burguesa artística. A los 12 años perdió a su padre Louis Vigée, retratista en colores pastel, que fue su primer maestro. Su madre, Jeanne Massin, volvió a casarse con Jacques-François Le Sèvre con el que la pintora no tenía buena relación. En 1776 se casa Jean-Baptiste P. Lebrun, pintor y comerciante de arte, sobre todo por poder abandonar el hogar familiar.

Ya en su adolescencia pintaba retratos de manera profesional y a los 15 años tenía su propio estudio. Adquiere gran fama como retratista de muchos miembros de la nobleza francesa lo que le valió para ser invitada en Versalles para retratar a la reina Mª Antonieta, a quien gustó tanto el retrato que le hizo que le encargó muchos otros. Al inicio de la revolución francesa se ve en la necesidad de exiliarse con su hija Julie, por su cercanía a la monarquía, trasladándose primero a Italia y después a Rusia obteniendo grandes éxitos y siendo aceptada en las correspondientes Academias.

Regresó a Francia durante el reinado de Napoleón I aunque mantuvo su actividad viajera yendo a Inglaterra donde pintó entre otros a Lord Byron. Publicó sus Memorias en 1835 y vivió finalmente en París hasta su muerte en 1842. 

El Prado posee dos obritas (37 x 27 cm. c/u), realizadas al óleo sobre tabla, probablemente copias de obras realizadas por ella. Su presencia en el catálogo del Museo de Pedro Madrazo de 1843 nos habla de una temprana entrada en la colección, en el entorno de su fecha de fallecimiento. Estuvieron depositadas en el Museo de Lugo hasta 1989 y desde entonces se encuentran guardadas en el almacén en espera del estudio que asegure o descarte su autoría y que permita, en su caso, su salida al exterior.
María Carolina, esposa de Fernando IV de Nápoles[P5832] 
En el Museo Condé de Chantilly existe una copia de tamaño similar (35 x 28cms.) a la del Prado, de la que se dice: "Copia de un original de 1791 que estuvo en la colección Maiello y fue destruido por el fuego en 1940".  
Princesa María Cristina Teresa de Borbón[P5833]
En el Museo de Capodimonte (Nápoles) existe la probable versión original de este retrato pintada al óleo sobre lienzo que triplica su tamaño (121.5 x 92.5 cm) 
               
CONDESA DE LAS NAVAS (Carmen Pizarro Ramírez) 
Lucena, 1814 - Gibraleón, 1882

El Museo Prado conserva una marina pintada al óleo sobre hojalata de la que se dice ser autora la Condesa de las Navas. La obra pertenecía a la colección de pinturas que Dionisia Vives y Zires, duquesa viuda de Pastrana que donó al Museo en 1889.

De las mujeres que han ostentado el título de Condesa de las Navas entre su fecha de creación (1795) y la fecha de la donación de la obra (1889), Carmen Pizarro Ramírez, la cuarta condesa, coincide con el nombre señalado por Ossorio y Bernard en su Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX, en donde figura la reseña de una pintora llamada Dª Carmen Pizarro, de la que se informa que "Contribuyó en 1840 con un cuadro al óleo de su mano, para la rifa que tuvo efecto con objeto de aliviar la situación del pintor Esquivel, ciego a la sazón", para poder costear una posible operación en el extranjero. Cabe pensar que esa obra hubiera podido ser adquirida por la condesa de Cuba (más tarde Duquesa viuda de Pastrana), que frecuentaba los círculos culturales madrileños y asistía regularmente al Liceo Artístico y literario. Esta coincidencia en el tiempo ha llevado a pensar que estamos ante la misma persona de la que es posible rastrear su memoria a través de diversos documentos y reseñas de prensa de la época.

Carmen Pizarro Ramírez era hija de Luis Pizarro Ramírez (1800-1855), militar y después diputado (se dice que era descendiente del conquistador Francisco Pizarro) y de Juana Ramírez Rico (1816-1847) segunda condesa de las Navas, de quien Carmen heredará el título. Las ideas progresistas del padre les llevaron en ocasiones al exilio, uno de los cuales en Francia duró diez años. Estas estancias influyeron en su formación haciendo de ella una dama de elevada cultura y refinamiento. 

En 1836 contrajo matrimonio en Madrid con Juan Gualberto de Quesada y Silva, conde del Donadío de Casasola, (Santiago de Chile, 1795 - Málaga 1837) quien moriría al año siguiente siendo gobernador de Málaga, asesinado por amotinados progresistas. Viuda y embarazada, Carmen dio a luz en Valencia a una niña, Juana Gualberta, que heredaría ambos títulos. En 1860 recibe la distinción de la Banda de la Real Orden de Mª Luisa, junto con otras damas de la alta sociedad madrileña, como la condesa de Valencia de Don Juan, Adelaida Crooke (1863-1917), también pintora e implicada en aventuras culturales como la creación del Instituto que lleva su nombre.

La obra, pintada sobre una plancha de hojalata, de pequeño formato: 0'25 x 0'31 cm., representa una escena de playa con unos personajes en tierra en primer término, que muestra un colorido inusual que podría ser debido al efecto del paso del tiempo sobre el material y la pintura empleada.
Carmen Pizarro Ramírez - Condesa de la Navas. Marina 
(El nº escrito en rojo,186, corresponde al inventario de obras de Dionisia Vives, debajo el 979 que se le adjudicó al entrar en el Museo, que finalmente se ha cambiado al P03699)


MARIANA DE LA CUEVA Y BARRADAS
(Guadix - Granada, 24.2.1623 - d.1688)

Una reciente adquisición (2017) ha venido a incorporar un nombre más al elenco de  pintoras del Museo del Prado. La obra adquirida es de de la granadina Mariana de la Cueva y Barradas y se trata de una versión del San Francisco en meditación del Greco. Tanto la entidad vendedora (Albalarte) como el propio Museo del Prado aluden a Palomino ("El museo pictórico y escala óptica" 1715) como referencia para identificar a la pintora. 

Mención de la pintora en la obra de Palomino

Mariana, es hija de D. Pedro de la Cueva Benavides caballero de la orden de Calatrava y Juana María Barradas, ambos de Guadix. A juzgar por los datos de la tabla genealógica de la RAH tiene solamente una hermana de nombre Catalina. 
Tabla genealógica de la familia de la Cueva, señores de Jarafe. (S.a.) RAH

De las dos hermanas, una, Catalina, se dedica a la vida religiosa ingresando en un convento de de Guadix, probablemente las comendadoras de Santiago, mientras que Ana María contraerá matrimonio en Granada -para lo que realizará las pruebas correspondientes en 1636- con Diego Ostos de Zayas, del hábito de Calatrava, tal como figura en el documento consultado. El nombre del marido no coincide totalmente con el que Palomino menciona, "Francisco de Zayas" ni consta en los documentos consultados que Mariana tuviera tres hermanos "Cavalleros de Abito" de la orden de Calatrava, como afirma el tratadista.

La obra: San Francisco en meditación 
Mariana de la Cueva Barradas. San Francisco en meditación H.1646
Imagen restaurada (2020)

Mariana de la Cueva sigue el conocido modelo de San Francisco en meditación de El Greco: en su obra vemos al santo de cuerpo entero que se encuentra arrodillado ante una imagen escultórica de Cristo crucificado que se apoya en una calavera en posición horizontal, sobre una piedra que cumple la función de pequeño altar en la que también vemos un libro de oraciones de gruesas tapas con dos cierres, uno de ellos abierto. La luz ilumina el rostro y las manos del santo cruzadas en el pecho, manteniendo los dedos en una posición que nos resulta bien conocida del pintor de Creta.  En la esquina inferior derecha aparece el papel con la firma  que, por mantener la fidelidad al modelo, reproduce en primer lugar el nombre del pintor griego e inmediatamente debajo el de la autora.

A pesar de que la imagen no permite distinguir de un modo nítido toda la inscripción, es posible leer en la parte superior del papel al menos el nombre "Dominicos"que indudablemente corresponde al del pintor griego. En la parte inferior se puede ver la firma de la pintora y la fecha de realización:
D. m ana de la cueba / y barradas fac / año de 16[6]4
Sobre la primera "m" aparece un signo de abreviatura por lo que ha de entenderse como "maría".

Habrá que esperar a que el Museo del Prado culmine la tarea comenzada con la adquisición de esta obra y su restauración y lleve a cabo el correspondiente estudio técnico de la misma, así como las investigaciones que nos lleven a saber algo más de esta singular pintora. 


CATERINA CHERUBINI
(Caterina Cherubini Preziado- Roma, h.1720-1811)

Aunque su apellido parece indicar un origen italiano su marido, el pintor Preciado de la Vega, (Sevilla, 1712 - Roma, 1789), dice que pertenecía a una "familia oriunda del reino de Aragón". Se casó con el pintor y tratadista español que vivió la mayor parte de su vida en Roma como encargado de los pensionados españoles que acudían a Roma a estudiar. Con él aprende a realizar miniaturas, y pequeñas pinturas al óleo con las que alcanza cierta notoriedad lo que le permite obtener ingresos que ayudan a la economía familiar. 

Es recibida como Académica de Mérito por la pintura en tres Academias, San Luca (Roma),  San Fernando (Madrid) y en la Academia de Bolonia y también en la literaria de los Arcades de Roma. El matrimonio Preciado-Cherubini coincide en Roma con otros grupos familiares como los Mengs, los Subleyras y otros en los que alrededor de un pintor ya establecido, sus hijas, esposas o hermanas realizan un aprendizaje que les va a permitir dedicarse a la pintura e incorporarse a las Academias de Bellas Artes. 

Las obras que Caterina envía a España son muy bien acogidas y la hacen acreedora de una pensión de 3.000 reales anuales concedidos por Carlos III con la condición de que envíe a la corte copias de de obras de pintores italianos como Guido Reni, Rafael o Corregio, lo que ella realiza habitualmente incluso tras la muerte del rey en 1788. 

La obra: Santa Inés. 
Catherina Cherubini, Santa Inés. P004699 
 Óleo sobre lámina de cobre 24,5 x 18,5 cm

Se trata de una pequeña pintura sobre plancha de cobre representando a Santa Inés, hasta ahora considerada de autor anónimo, que entró al Museo el año 1973 formando parte del legado de Consuelo Rocamora Menéndez

La justificación de la atribución a la pintora deriva de una inscripción en su reverso: "Regalo en Roma de D.a Catha/lina Preziado dí 7 de Sept.e de 1769". Tal inscripción "vincula" la persona a la obra aunque no necesariamente acredita su autoría pues no se trata de una firma sino de una anotación. 

Este tipo de pequeñas obras eran realizadas tanto por ella como por su marido, de quien se conocen obras similares. En la obra escrita de Preziado titulada Arcadia pictórica, el artista andaluz manifestaba que realizaba miniaturas que le servían “para introducirme con honor en los gabinetes de los príncipes”

A pesar de las dudas, Damos la bienvenida a que Caterina Cherubini sea incluida en el elenco de pintoras del Museo del Prado por lo que significa de dar visibilidad a una artista que reúne todos los requisitos para poder formar parte activa de un capítulo poco conocido de la historia de las pintoras que desarrollaron su actividad en la Roma del siglo XVIII. 


Hasta aquí la información disponible sobre la presencia de mujeres pintoras que se guardan en el almacén, que cierro con una relación actualizada de las pintoras y dibujantes del Museo del Prado y con una relación de las principales fuentes de información utilizadas.


Actualización Marzo 2018 
Se han incorporado a la relación de pintoras del Museo del Prado, Julia Alcaide Montoya  (Almacén), Antonia Ferreras Bertrán  y Nelly Harvey, (Dispersas) anteriormente en el MNCARS.

Actualización Junio 2018
Se ha incorporado a la Relación de Pintoras en el Almacén del Museo del Prado, a Emilia Carmena Monaldi (o Carmena de Prota), hecho que nos alegra especialmente porque supone añadir una pintora, hasta ahora oculta, con una obra adjudicada a un inexistente pintor. Por otra parte como resultado del continuo proceso de incorporación de obras a la Galería Online hemos podido actualizar datos en relación con levantamientos de depósitos realizados que han supuesto algún cambio de situación de obras dispersas que han vuelto al almacén del Museo. 

Actualización abril 2019  
                Se ha incorporado a pintora Mariana de la Cueva Barradas del Siglo XVII, tras la adquisición de la obra San Francisco en meditación por el Museo.
                
   Actualización septiembre 2019          
Se han incorporado las obras de Rosa BonheurCabeza de león (El Cid) y Angelica Kauffman,  Anna von Escher van Muralt [P02473] a la exposición permanente, por lo que ambas han pasado a formar parte del grupo PINTORAS CON OBRA EXPUESTA. Se ha incorporado la pintora Carmen Pizarro, Condesa de las Navas con una obra en el almacén.

Fuentes de información consultadas
La información de este artículo parte de una primera relación de Mujeres artistas en el Museo del Prado realizada por la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales MAV. http://www.mav.org.es., ampliando la relación de artistas con las pintoras del Prado Disperso.
  • Galería online del Museo del Prado
  • Enciclopedia Online del Museo del Prado
  • Catálogos del Museo del Prado desde 1829 que se encuentran disponibles en la web del Museo.
  • Notas al Catálogo del Museo del Prado de Jose Antonio Gaya Nuño en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones T.58, año 1954 [Págs.100-142]
  • Boletines del Museo del Prado (en lo relativo al Prado Disperso) 
  • Informe del Tribunal de Cuentas 2003 sobre fiscalización del Museo Nacional del Prado, ejercicio 1998.(Suplemento BOE 25.4.2003)
  • Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Madrid, 2011. Carmen Espinosa
  • Dona i art a Espanya. Artistes d’abans 1936. Tesis doctoral. Vicent Ibiza i Osca
No hubiera sido posible completar la documentación de esta entrada sin la colaboración de mi hijo Emiliano Cano,  que nunca se da por vencido en la búsqueda.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE PINTORAS EN EL MUSEO DEL PRADO en

Pintoras en el Museo del Prado In & Out I  (EXPUESTAS) 

Pintoras en el Museo del Prado In & Out III  (MINIATURISTAS Y DIBUJANTES)

Pintoras en el Museo del Prado In & Out IV (DISPERSAS)



jueves, 8 de noviembre de 2012

PINTORAS EN EL MUSEO DEL PRADO IN & OUT (I) EXPUESTAS

Angélica Kauffmann. Autorretrato, (1784), Neue Pinakothek, Múnich.

El museo del prado. Reflejo de la visión de la mujer en la historia del arte 

La escasa presencia de pintoras en la primera pinacoteca nacional nos lleva a preguntarnos por el papel de la mujer en la pintura y en general en el mundo del arte, papel a menudo olvidado, y con frecuencia simplemente ignorado. Si preguntamos a cualquiera el nombre de alguna pintora famosa, anterior al siglo XX, comprobaremos el escaso conocimiento de su existencia derivado de que la Historia del Arte, incluso en tiempos recientes, simplemente omite a la mujer. Esa misma tendencia se constata en el tratamiento dado por el Museo del Prado a las obras pictóricas realizadas por mujeres.

Es preciso realizar una auténtica actividad investigadora para rastrear la presencia de mujeres artistas a lo largo de la historia del Museo ya que además de las escasas obras que en la actualidad se encuentran expuestas, hay que tener en cuenta aquéllas que se guardan en el almacén, aunque varias de ellas han formado parte de la exposición en muchos momentos de su historia, y, sobre todo es preciso considerar las obras que se encuentran depositadas en diversas instituciones, que se conocen como "El Prado disperso"

También es preciso considerar el proceso de reordenación entre los dos grandes Museos nacionales que se produjo en el año 1995 que estableció la referencia temporal del año 1881 (nacimiento de Picasso) para delimitar las colecciones estables del Museo del Prado y del Centro de Arte Reina Sofía, lo que supuso que algunas obras de mujeres que en los catálogos y referencias anteriores a esa fecha figuraban adscritas al Museo del Prado, ahora lo estén al MNCARS. Ello ha dado lugar a una cierta reducción de la escasísima nómina de pintoras adscrita al Museo.

Lo que más sorprende de este enfoque que ignora a la mujer es que no se trata de algo heredado sino de una voluntad más reciente ya que a lo largo de esta búsqueda de obras realizadas por mujeres en el Museo del Prado encontramos que obras de pintoras que durante muchos años han colgado  de sus paredes, hoy han quedado relegadas al almacén, así como el hecho de que en las adquisiciones que se han realizado en los últimos veinte años, prácticamente no se encuentren obras realizadas por una mujer. (Con algunas escasas excepciones, en especial, miniaturas, adquiridas pero no expuestas).

Hace ya cuarenta años que Linda Nochlin escribió su ensayo “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?” Y aun hoy desconocemos la respuesta y parece que seguimos sin encontrar mujeres que merezcan formar parte del “canon” de artistas de general reconocimiento que estén a la altura de figurar en las paredes de los museos, en las colecciones o en las páginas de los libros que cuentan nuestras historias

Es obligación de las instituciones, de acuerdo con la normativa vigente, visibilizar la obra de las mujeres en los museos y “promover la presencia equilibrada de mujeres y hombres en la oferta artística y cultural pública”, (Art. 26 LO.3/2007 de Igualdad efectiva entre hombre y mujeres), pero estamos acostumbrados a que lo que dicen las normas relativas a la igualdad no suele cumplirse; en general en el mundo del arte se apela a que sus criterios de selección están guiados por la "calidad".

Una historia que comienza hace más de cinco siglos

El puesto que ocupa el Museo del Prado de primera institución cultural de nuestro país se fundamenta en la extraordinaria riqueza y valor artístico de sus colecciones. Su patrimonio fundacional está integrado por la denominada Colección Real cuya formación se remonta al reinado de Isabel la Católica, pero su definitiva vertebración se produce con los Austrias Carlos I y su hijo Felipe II, quienes vincularon sus obras de arte a la Corona.

Numerosas adquisiciones y el patronazgo regio favorecieron el enriquecimiento de la colección real a lo largo del siglo XVII, en especial durante el reinado de Felipe IV, para quien trabajaron algunos de los artistas españoles y extranjeros más relevantes de su tiempo.
Carlos V, Felipe II, Felipe IV , Carlos III y Fernando VII

Con la llegada de los Borbones en 1700 cambió el gusto y el momento artístico, una renovada imagen real unida a la intensa actividad constructiva y ornamental de los Borbones en los Reales Sitios contribuyeron a un gran enriquecimiento de los fondos artísticos de la Corona.
Isabel la Católica, María de Hungría, Isabel de Borbón e Isabel de Farnesio, entre otras, tienen un papel fundamental en la incorporación de pinturas a la Colección Real

En el umbral del siglo XIX siguiendo el ejemplo revolucionario de apertura pública de las grandes colecciones históricas europeas, Fernando VII, apoyado por su esposa, la portuguesa María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar el inacabado edificio diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva para albergar el Real Museo de Ciencias Naturales a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas, que pasaría pronto a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, que abrió por primera vez al público el 19 de noviembre de 1819.
María Isabel de Braganza (Det.) por Bernardo López - MNP

La frecuente incorporación de obras procedentes de los Sitios y fundaciones reales, fue la tónica de la primera etapa del Museo bajo patrocinio real que concluye con la nacionalización de las colecciones tras la Revolución de 1868. En 1872 se integran los fondos del Museo Nacional de Pintura y Escultura, más conocido como Museo de la Trinidad, fundado por Isabel II en 1838, para alojar principalmente las obras procedentes de instituciones religiosas desamortizadas.
Isabel II por Federico Madrazo y Kuntz

Desde su inauguración ha sido incesante el incremento de los fondos del Museo a través de donaciones y legados de particulares, así como de adquisiciones del propio Museo y nuevas adscripciones realizadas por el Estado, como la incorporación en 1971 de las obras del desaparecido Museo de Arte Moderno. Esta acumulación de colecciones, imposibles de albergar en su integridad en el edificio de Villanueva obligó, ya desde finales del siglo XIX, a depositar con carácter estable una gran parte de los fondos en instituciones públicas del Estado y representaciones diplomáticas en el extranjero; ese conjunto de obras se conoce como el Prado Disperso.

El año 1995 se produce la reordenación entre los dos grandes Museos nacionales mencionada anteriormente que viene a consolidar la situación lo que supuso el cambio de adscripción de la mayor parte de las obras que el Prado había acumulado de finales del XIX y del XX al MNCARS quedando las colecciones tal como se encuentran en la actualidad.

Aunque los datos de que se dispone no siempre son coincidentes, podemos intentar aportar unas cifras aproximadas que nos permitan enmarcar posteriormente la presencia de pintoras en el Museo: 

La colección está formada por aproximadamente 7.800 pinturas, 1.000 esculturas, 5.500 estampas y 8.600 dibujos, además de un amplio número de objetos de artes decorativas, fotografías y documentos históricos.

De las pinturas, el Museo exhibe en la actualidad algo más de 1.300 obras, el resto se reparte, más o menos a partes iguales, 3,300 obras en otros museos e instituciones (Prado Disperso) y 3.200 en los almacenes.

En cuanto a las Escuelas que integra, la principal con casi 4.900 cuadros, es la de pintura española que es la más amplia y valiosa colección existente hoy en el mundo. En segundo y tercer lugar, casi a la par, se sitúan la italiana y la flamenca, ambas con más de mil cuadros. La cuarta escuela nacional mejor representada es la francesa, con más de trescientos cuadros. La mayoría de estas colecciones proceden de la Colección Real. Las escuelas alemana, holandesa y británica son las siguientes en importancia, aunque a considerable distancia de las anteriores.



PRESENCIA DE PINTORAS EN LA COLECCIÓN
La presencia de mujeres artistas en El Prado es escasa, por no decir ínfima. En la actualidad (2012) cinco pintoras cuelgan sus obras en el histórico edificio de Villanueva con un total de diez obras expuestas, más una atribución no confirmada. Las "agraciadas"  son las siguientes.

 Sofonisba Anguissola
(Cremona 1532 - Palermo 1625)
La presencia de esta pintora que reúne cuatro de sus obras (una , por el momento solamente atribuida) en la Sala 55 del Museo, puede parecer excepcional y realmente lo es, aunque es preciso señalar que sus obras, probablemente hoy estén expuestas gracias a que anteriormente se asignaban a otros pintores de su época.

En los últimos años tras la realización de los oportunos estudios y análisis, algunas obras se le han ido reasignando no sin cierta resistencia por parte del museo que, a diferencia de su tratamiento respecto a otros pintores, convierte cada atribución a Sofonisba en una carrera de obstáculos que puede durar años.

Sofonisba Anguissola, es una pintora italiana, de Cremona, que es llamada por Felipe II para para ser dama y maestra de pintura de su tercera mujer, la jovencísima Isabel de Valois. A partir de su llegada en 1559 Sofonisba pasa cerca de 15 años en la corte española y es autora de algunos de los retratos reales más singulares y notables de la época. Es bien conocido que las obras de Sofonisba gustaban de forma especial a las personas retratadas y que en su tiempo era solicitada por las principales cortes europeas.

Las obras de SOFONISBA ANGUISSOLA se encuentran actualmente en la Sala 55

Ana de Austria y Felipe II

El retrato de Ana de Austria [P1284] y el del propio Felipe II [P1036] uno de sus retratos mas famosos, en la actualidad son considerados obras indiscutibles de Sofonisba Anguissola pero hasta fechas relativamente recientes han figurado adscritos a otros pintores de la época.    
Isabel de Valois portando el medallón con la efigie de Felipe II  [P1031]

Este retrato fue realizado por Sofonisba Anguissola hacia 1565 con motivo de la entrevista en Bayona de la reina Isabel con su madre Catalina de Médicis y su hermano, el rey de Francia. Sofonisba Anguissola formaba parte del séquito de la reina y durante la estancia realiza otro retrato de similares características que se encuentra en la actualidad en el Museo de Bayona. A pesar de los estudios realizados antes del final de siglo y de los documentos y las evidencias aportado a la investigación, hasta 2019 no se ha modificado la cartela de la obra expuesta en la que seguía figurando: "Atribuida a Sofonisba Anguissola".
La infanta Catalina Micaela  [P1139] 

A pesar de que reconocidas especialistas como Maria Kusche no dudan de la autoría de Sofonisba Anguissola en la cartela de esta obra figura la atribución a Sánchez Coello aunque el texto  informa que "se ha propuesto también la autoría de Sofonisba Anguissola"
Plano de ubicación de las obras en la sala 55. MNP

No puede menos que sorprender la resistencia de las personas responsables del Museo para adscribir la autoría de estas obras de forma definitiva a la pintora cremonesa, sobre todo cuando vemos comportamientos muy diferentes frente a otros autores: En fechas recientes hemos visto con tristeza como, sin otro fundamento que la simple "apreciación visual" los comisarios de la exposición El Último Rafael, han decidido retirar al gran maestro la autoría de su obra "La Visitación", tenida por suya y su taller desde hace cinco siglos, para atribuirla a su entonces jovencísimo discípulo Giulio Romano. En este caso los responsables del Museo aceptaron a ciegas esa reatribución y muchos nos preguntamos qué ha ganado el Museo con ello, además de haber "perdido" un Rafael.

Clara Peeters 
(Amberes, h.1594 - h.1659)

La segunda pintora expuesta es la flamenca Clara Peeters. Sus obras firmadas más tempranas datan de 1608 y 1609, lo que nos habla de una artista precoz. Sus trabajos de madurez recuerdan los bodegones de la escuela neerlandesa de Haarlem, por lo que se supone su estancia en las provincias holandesas.

Esta pintora de bodegones y floreros, se caracteriza por la inclusión de de objetos preciosos, de metal, cristal o cerámica, junto a manjares y flores.

El Museo tiene cuatro obras de Clara Peeters, procedentes de la Colección Real, sólo una de ellas expuesta. Las otras tres duermen la espera en los almacenes del Museo.

Bodegón con flores, copa de plata dorada, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre. 1611. [P01620].  
Detalle de los reflejos en sus obras

En esta obra aparecen higos secos, pasas, almendras y otros frutos secos propios del invierno y en el plato de peltre vemos rosquillas, pretzels y barritas de azúcar. Además tiene la curiosidad de reproducir micro-imágenes de la autora reflejadas en la jarra. (Conviene señalar que dada la altura en que se ha colocado la obra es difícil poder atisbar el detalle comentado de los retratos de la artista reflejados en los objetos de metal).
Las obras de Clara Peeters están llenas de detalles que muestran su maestría, su firma suele aparecer dentro de elementos del propio cuadro (en la obra que se exponía anteriormente la firma estaba grabada en el mango del cuchillo); en otras ocasiones aprovecha las posibilidades figurativas que le dan los reflejos en el metal o en el cristal y el agua. 


Detalle de la obra titulada Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas. H. 1611 [P01622] 


ACTUALIZACIÓN 30 JUNIO DE 2018
La reciente apertura de las Salas Flamencas del Museo ha producido una importante salida de obras del almacén entre las que se encuentran los tres bodegones de Clara Peeters que no estaban expuestos. Ello supone que ahora  podemos ver los cuatro bodegones de la pintora en la sala 82..
Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas. H. 1611 [P01622] Sala 82
Bodegón con gavilán, aves y porcelana y conchas. 1611 [P01619] Sala 82
Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas. 1611 [P01621] Sala 82


Artemisia Gentileschi
(Roma 1593-Nápoles 1654c) 
La tercera pintora con obra expuesta es hija del pintor Orazio Gentileschi, quien la introdujo en la pintura. Al igual que su padre seguía el estilo de Caravaggio, las primeras obras de Artemisia también continuaron en esa línea aunque con un estilo propio, diferente al de su padre. A los diecisiete años firmó su primera obra: Susana y los viejos (1610).

A los diecinueve su padre le puso un maestro, Agostino Tassi que la violó prometiéndole salvar su reputación casándose con ella, cosa que no hizo por estar ya casado. Su padre denunció el hecho ante el tribunal papal. Del proceso que siguió se conserva toda la documentación, que impresiona por la crudeza del relato de Artemisia y por los métodos del tribunal ya que, a pesar de haber sido violada, el juicio parecía más contra ella que contra el violador. Artemisia no solo fue sometida a un humillante examen ginecológico sino que fue torturada para "comprobar" si decía la verdad. Finalmente Tassi fue condenado a un año de prisión y al exilio de los Estados Pontificios. Quizás fruto de esa experiencia sea una de sus más famosas obras: Judith decapitando a Holofernes (h1613), en la actualidad en los Uffizi de Florencia, que impresiona por la violencia y la crudeza de la escena.

Artemisia rehace su vida y se instala en Florencia donde tuvo gran éxito, hecho que le permitió ser la primera mujer en ingresar en la Academia del Dibujo de Florencia. A pesar de su fama como pintora, Artemisia no tiene mucha suerte en su vida familiar, cambia de residencia en diversas ocasiones, para terminar en Nápoles en donde muere hacia 1564. 
 La obra expuesta: NACIMIENTO DE SAN JUAN  184 x 258 cm. 1635  [P0149Sala 7

El Nacimiento de San Juan formaba parte de la Colección Real desde finales del XVIII. La información del Museo indica que pertenece a un grupo dedicado a la vida de S. Juan Bautista, con otras cuatro obras de Massimo Stanzione (no expuestas), encargado por el virrey de Nápoles para el Palacio del Buen Retiro de Madrid.

La obra recoge el hecho del nacimiento de San Juan en un ambiente doméstico en el que contrasta la centralidad y luminosidad del niño, con el grupo de mujeres que le atienden y con las imágenes de los protagonistas de la historia colocados casi de un modo marginal y en penumbra, a la izquierda de la escena, sus padres, Isabel y Zacarías. Este último aparece escribiendo el nombre que se ha de poner al hijo en un papel ya que, como cuenta el evangelio de Lucas, se había quedado mudo a causa de su incredulidad.

Plano de situación Sala 7, 1ª planta. MNP


Actualización septiembre 2019
Desde el 27 de Septiembre la obra de Rosa Bonheur ha pasado a formar parte de la colección estable expuesta en el Museo del Prado. por ello incluyo aquí su reseña que hasta ahora se encontraba en el grupo de "Pintoras en el almacén"

Rosa Bonheur
(Burdeos 1822–Thomery 1899)

La cuarta pintora expuesta en el Museo también es escultora e ilustradora. De nacionalidad francesa era hija y hermana de artistas. Se especializó en pintura de animales, de los que realizó innumerables estudios y bocetos.

En 1848 obtuvo la medalla de oro en el Salón Oficial de París y en 1855 presentó el que sería su gran lanzamiento, la "Feria de caballos" que le dio fama internacional.

El retrato que aparece a la izquierda fue realizado por su amiga la pintora Anna Klumpke en 1898, cuando Rosa tenía 76 años. Fue la primera mujer que recibió la Legión de Honor, en 1865.

Una curiosidad de su biografía por la que es considerada como protofeminista, es que tenía la costumbre de vestir ropa masculina (pantalones) para su actividad de pintora, tal como aparece en el retrato que le hizo Georges-Achille Fould. 
George-Achile Fould. R. Bonheur en su estudio, 1893

Sobre este tema ella contaba: "Me di cuenta que la ropa femenina era una constante molestia. Por eso decidí solicitar la autorización para vestir ropa de hombre al prefecto de policía. Pero el traje que llevo es mi traje de trabajo, no significa nada más. Lo que digan los imbéciles no me ha preocupado nunca."

   "Critico enérgicamente a las mujeres que abandonan su ropa habitual en el deseo de hacerse pasar por hombres. Si yo hubiera creído que los pantalones fueran adecuados a mi sexo, habría abandonado completamente las faldas, pero ese no es el caso, así que nunca he aconsejado a mis hermanas de la paleta que usaran ropa de hombre en las circunstancias ordinarias de la vida.
Sin embargo, si yo me visto de esta manera, no es en absoluto para hacerme original, como muchas mujeres lo han hecho, sino simplemente para facilitar mi trabajo. Recuerda que en ciertas épocas me pasaba días enteros en mataderos..." (Rosa Bonheur, sa vie, son oeuvre. Anna Klumpke)

El contenido del permiso concedido es digno de ser citado:

Permission de travestissement accordée à Rosa BonheurParis, le 12 Mai 1857 - Nous. Préfet de Police. [...] Autorisons la demoiselle Rosa Bonheur demeurant à Paris, à s'habiller en homme, pour raison de santé sans qu'elle puisse, sous ce travestissement, paraître aux Spectacles, bals et autres lieux de réunion ouverts au public. 

(Autorización de travestismo concedida a Rosa Bonheur. París, 12 de Mayo, 1857 - Nos. Prefecto de policía. [...] Autorizamos a la señorita Rosa Bonheur que vive en París, a vestirse como un hombre, por razones de salud, sin que pueda, bajo este travestimiento, aparecer en espectáculos, bailes y otros lugares de reunión abiertos al público.)  

La obra que conserva el Museo del Prado fue donada en 1879 por el representante de la pintora y cónsul de España en Niza, Ernest Gambart, al rey español con destino al Museo Nacional de Pinturas, con el título "Cabeza de león" a pesar de que en la biografía que escribió su compañera Anna Klumpke, se refieren a ella con el título "Le Jeune Prince" (el joven príncipe). Sorprendentemente en la actualidad en la información que ofrece el Museo aparece con el título "El Cid". (Sobre la donación y el título ver  Rosa Bonheur en el Museo del Prado.)

En el Museo fue muy bien recibido gracias a la fama de que gozaba la pintora, lo que le valió un año más tarde ser condecorada con la Orden de Isabel la Católica. El cuadro fue expuesto sin demora, a pesar de que las normas de la época impedían exponer obras de artistas  vivos. 
La obra expuesta: El Cid (El joven príncipe, Cabeza de león), [P4318] 
Óleo sobre lienzo, 95 x 76 cm, 1879.1879. Sala 62B

Mapa de situación Sala 62B Museo del Prado


Actualización 2022

El Museo del Prado ha adquirido una nueva obra de Rosa Bonheur que se expone en la Sala 062B acompañando a "El joven príncipe, Cabeza de león". Se trata de un conjunto de estudios de Leonas y leones realizados por la pintora a partir de 1870. 
Leonas y leones, D.1870. P8443
Óleo sobre lienzo, 49,2 x 65,5 cm

Angélica Kauffmann
(Suiza 1741-Roma 1807)

La quinta pintora con obra expuesta, aunque nació en Suiza creció y se educó en Austria de donde procedía su familia. Angélica Katharina Kauffmann comenzó a pintar muy joven, colaborando en la decoración mural de iglesias con su padre, Johann Josef Kauffmann, quien a pesar de que era un pintor algo mediocre, fue un buen maestro para su hija. Su adelantamiento, especialmente en la pintura, la hizo famosa ya a los doce años.

Era muy demandada para pintar retratos. En 1754 su padre la llevó con él a Milán y a partir de entonce realizó frecuentes viajes y estancias en las principales ciudades artísticas italianas, donde entrará contacto con las corrientes artísticas neoclásicas de la época. De allí se trasladó a Roma, donde coincidió con personalidades del mundo del arte, como Batoni, Winckelmann, o Piranesi. En 1765 fue nombrada miembro de la Academia de San Lucas.

(En la imagen detalle de su Autorretrato con busto de Minerva -1780) 

Posteriormente se desplazó a Venecia, donde estudió la obra de TizianoEntre 1766 y 1781 residió en Londres, allí conoció a Joshua Reynolds, con el que participó en la fundación de la Royal Academy of Art. Kauffmann alcanzó gran renombre con sus retratos alegóricos, en los que caracterizaba a sus modelos como personajes históricos o mitológicos.

En 1781, tras la muerte de su primer marido (fruto de un matrimonio engañoso), se casó con Antonio Zucchi (1728-1795), un artista veneciano que residía en Inglaterra. Poco después vuelven a Roma y en 1795 muere su segundo marido, pero ella mantuvo su relación con la Academia romana exponiendo por última vez en 1797. En 1807 falleció en Roma, siendo honrada con un espléndido funeral organizado por la Accademia de San Luca y dirigido por el escultor Canova.
Anna von Escher van Muralt [P02473] 110 cm x 86 cm H.1800

La obra que se expone en la primera planta del Museo es el Retrato de una dama que perteneció a una rica familia de la Suiza alemana de nombre de soltera Anna von Muralt, casada con Hans Konrad von Escher, que fue burgomaestre de Zurich y murió en 1830.  Sentada, con los brazos cruzados en el regazo, sus ropas tienen un aire clásico al estilo que impera a finales del siglo XVIII. En primer plano vemos un ramo de rosas y al fondo un paisaje con templete circular rematado por una cúpula. La obra entró a formar parte de la colección como parte del Legado de Luis Errazu (1926).  
Mapa de situación Sala 22, 1ª planta. MNP

La obra de Angélica Kauffmann en su nueva ubicación de la Sala 22 MNP

Y con esta obra se cierra el elenco de las cinco pintoras cuya obra se expone en el Museo del Prado lo que nos lleva a concluir, que de las 1300 obras, aproximadamente, que el Museo tiene colgadas, gracias a las nuevas incorporaciones han pasado de cinco a diez las obras de pintoras. (+ una sin autoría confirmada*). Ello vendría a suponer que poco más de una de cada ciento treinta obras que podemos ver en el Museo, estaría realizada por una mujer.

*Recientemente el Museo ha retirado la atribución de Sofonisba Anguissola que se contemplaba para la obra La infanta Catalina Micaela de Austria [P1139]. A pesar de ello he optado por mantenerla en este grupo por considerar el tema no cerrado y a la espera de nuevas consideraciones y estudios que puedan modificar la decisión tomada.

Hay que celebrar, sin embargo, que en este año 2019, 2º centenario del Museo, la mencionada incorporación a la exposición permanente de las cuatro obras de Clara Peeters en las salas flamencas, (hasta ahora solamente se exponía una obra); la Cabeza de León de Rosa Bonheur en la Sala 62 y El retrato de Anna von Escher van Muralt de Angélica Kauffmann en la Sala 22, pasando de cinco a diez las obras de pintoras expuestas en el Museo. Todo ello junto a la celebración de la esperada Exposición de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Es un notable cambio de actitud por el que felicitamos al Museo.

Cabe preguntarse, a pesar de estos avances, si las cosas podrían ser de otra manera, es decir, si con el conjunto de obras y los medios de que dispone el Museo se podría dar un tratamiento algo más "favorable" a la presencia de la mujer en la institución, hecho que repercutiría en su visibilidad en la Historia del Arte y de la Pintura, que fuera más acorde con la participación real de las mujeres en ella. Para ello sería preciso conocer la "otra presencia de la mujer" en las colecciones del Prado, es decir las obras que se encuentran en los almacenes y especialmente las que se hallan dispersas en diversas instituciones. Parece que el Prado prepara una actividad en este sentido, realizada mayoritariamente con fondos del propio Museo en la que ponemos las mejores expectativas.

ACTUALIZACIÓN JULIO 2021
El Museo Nacional del Prado ha reordenado las salas del S. XIX

Con el precedente de la Exposición Invitadas, ha sido realizada la revisión de las salas del XIX, doce años después de la inauguración, ofreciendo una perspectiva más global de las manifestaciones artísticas decimonónicas. Se han incorporado obras de trece pintoras entre los 130 autores que integran las nuevas salas.

De las trece pintoras incorporadas hay cuatro miniaturistas; Antoinette Brunet, Teresa Nicolau, Marcela de Valencia, y Sophie Liénard,  y una pastelista, Ana María Mengs. 
La información relativa a las mismas puede verse en el Capítulo PINTORAS EN EL PRADO - MINIATURISTAS Y DIBUJANTES

Dos pintoras, Rosa Bonheur y Angélica Kauffmann ya se habían incorporado a la exposición permanente en 2019 (ver más arriba). De Mª Luisa de la Riva se incorpora a la exposición una de sus obras que hasta ahora se encontraba depositada en otra institución; la información sobre esta pintora se mantiene entre las PINTORAS CON OBRA DISPERSA, De Fernanda Francés,  se ha incorporado a la exposición la única obra que tiene el Museo, que se hallaba hasta ahora en el Ministerio de Fomento, por lo que no se trata de una nueva adquisición sino de un 'retorno'. 

La verdadera novedad la constituyen cuatro obras de otras tantas pintoras; tres de las cuales son nuevas adquisiciones: Carlota Rosales, Aurelia Navarro y María Blanchard y la cuarta, un depósito del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, se trata de de una obra de Maria Roësset.  De ellas ofrecemos una reseña a continuación.

CUATRO NUEVAS PINTORAS y UNA RETORNADA

Carlota Rosales
(Madrid, 1872 - 1958)
Carlota Rosales Martinez de Pedrosa era la segunda hija de Eduardo Rosales Gallinas (1836-1873) y su prima Maximina Martinez de Pedrosa Blanco (1839-1937). Cuando ella nació la familia se trasladó a Murcia, para realizar un encargo el encargo que le había hecho a su padre de  pintar los cuatro evangelistas (actualmente en la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid) lo que le permite alejarse de la desigual crítica que había tenido su última obra, La muerte de Lucrecia
 
Su padre muere cuando Carlota apenas tenía un año, a pesar de lo cual, o quizás por ello, ella seguirá sus pasos  en la pintura y gracias al apoyo de su padrino, el pintor Vicente Palmaroli, en 1887 consigue una pensión extraordinaria de ocho mil reales para estudiar durante dos años en la Academia de España en Roma, a donde viajó en compañía de su madre.

(En la imagen detalle del Retrato de carlota realizado por Palmaroli

          "Queriendo el Sr. Moret, entonces ministro de Estado, de cuyo ministerio depende la Academia de España en Roma, honrar la memoria del insigne autor del Testamento de Isabel la Católica, concedió a la entonces muy niña Carlota, una pensión extraordinaria en el citado establecimiento, cabiéndome la satisfacción de dirigir los estudios de la hija de mi querido amigo, como director que era de la Academia." (Vicente Palmaroli. El Liberal 25 de Junio de 1894)

En su estancia romana Carlota conoce al que había de ser su marido, el músico alcoyano Miguel Santonja Cantó, (1859-1940) que también se encontraba en a Roma gracias a la concesión de la pensión de la Academia para el estudio de la música. Miguel Santonja, que pertenecía a una saga artística musical, era compositor y fue catedrático de Armonía en el Conservatorio de Madrid.

A su vuelta de Roma Carlota Rosales participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892 con un Retrato de la viuda de R. (su madre) adquirido recientemente a la familia por el Museo del Prado para integrar las salas del siglo XIX. En ella podemos ver una pintura de carácter intimista con una buena base de dibujo y la búsqueda de efectividad a través del color. 
Carlota Rosales Martínez de Pedrosa. Retrato de la Señora viuda de R. (su madre) 1,28 x 86cm. 1892

Carlota vuelve a participar en la Exposición de 1895, en la que consigue una Mención de Honor por el retrato de su prima La Srta. Martínez Pedrosa.  Pero el matrimonio en 1896 va a suponer el final de su carrera de pintora ya que a partir de entonces volcará sus dotes artísticas en la formación de su hijo Eduardo y de sus cuatro hijas Elena, Concepción, Josefina y Trinidad. 

Aurelia Navarro Moreno
(Granada, 1882 - 1968)  

Su infancia transcurrió en en Granada en su casa a la entrada del Generalife, en donde empezó a dibujar desde niña. Asistió a la Escuela de Artes y Oficios con José Larrocha completando su formación pictórica con el pintor Tomás Muñoz Lucena, el mejor maestro que podía encontrar en su tierra.

A los 22 años consigue su primera mención honorífica en la exposición de 1904 con “Sueño tranquilo” y su carrera fue evolucionando jalonada de reconocimientos, en la Exposición de 1906 presentó “Retrato de señorita”, que realmente era su propio autorretrato, hoy del Museo del Prado, con el que obtuvo Tercera Medalla. En la Exposición nacional de 1908 presentó la obra que le ha dado un mayor reconocimiento público, su "Desnudo de mujer" que fue también premiada con una tercera medalla que muchos consideraron insuficiente para la calidad de la obra. La Diputación de Granada adquirió de inmediato la obra por 2.000 pesetas.

Fue una de las primeras artistas españolas en retratar un desnudo inspirado en la Venus del espejo de Velázquez, obra que pudimos contemplar en la Exposición Invitadas del Museo del Prado. (2021)

En 1913, en Granada, realiza una gran pintura, hoy perdida, para el santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Algo parecía estar cambiando en la vida de Aurelia aunque sigue participando en diversas exposiciones con obras que van evidenciando un nuevo rumbo en su pintura. Participa en la Exposición de caricaturas y tarjetas postales organizada por el Centro Artístico de Granada en 1908; en 1914 presenta una obra titulada La oración y en en la colectiva de la misma entidad, en 1916, una obra titulada Éxtasis. 
Detalle de la obra "Extasis" presentada a la Exposición de 1916
(Según Magdalena Illán, (US) biógrafa de la pintora, el lienzo fue recortado por sus familiares tras la entrada de Aurelia en el convento - El Independiente de Granada, 19.2.2022)

La presentación en 1916 de esta última obra, de nuevo un sugerente desnudo, con gran carga erótica, que viene a contradecir las versiones de aquellos que gustan de reinterpretar las vidas ajenas, simplificándolas, achacando a la pintora un cierto sentimiento culpable de puritanismo condicionado por sus familiares a partir de su primer desnudo. Ella es libre y se siente libre de hacer aquello que le interesa sin más limitaciones que las de su propia voluntad; esa misma voluntad que le lleva, con cuarenta años cumplidos y en plena madurez vital, a tomar la decisión de seguir una nueva vocación, ingresando en la orden religiosa de las Adoratrices (1923).
Sor Aurelia Mª de la Resurrección en 1925. (Santos Moreno, 2022)

El Museo del Prado que mostró temporalmente su Autorretrato en la Exposición "Invitadas" ha recibido la donación de la obra de su propietario P. Moreno y ha sido incorporada a la Sala de Retratos de Artistas del siglo XIX de la Exposición permanente. 
Aurelia Navarro "Retrato de Señorita" (Autorretrato) 1906 MNP. Donación P. Navarro

(Información revisada tras la lectura de la biografía de la pintora escrita por la doctora 
Mª Dolores Santos Moreno de la Universidad de Granada, con el título 
"Aurelia Navarro Moreno, Una pintora granadina por descubrir"- 2022)


María Roësset Mosquera - MaRo
(Espinho, Portugal, 1882 — Manila, Filipinas, 1921) 

Hija de Margarita Mosquera y Eugenio Roësset Liot, ingeniero civil de origen francés que trabajaba en las líneas ferroviarias, cuando nació María, la familia se encontraba en Espinho por el trabajo de su padre. Después se trasladaron a Madrid, donde nacieron sus dos hermanos y donde se desarrolló la vida familiar en cuyo seno los tres hermanos recibieron una educación esmerada. 

En 1904 se casó con el ya maduro Manuel Soriano Berrueta-Aldana, hijo del pintor Benito Soriano Murillo, de familia acomodada y cosmopolita, bien relacionado en los medios políticos y artísticos, que la introdujo en la sociedad culta madrileña, donde tuvo contacto con Ricardo Madrazo y Pérez Galdós, entre otros. En compañía de su marido visitará los más importantes museos de Europa y también será quien la introduzca en la ópera y el ballet y le presente a los artistas Dario de Rogoyos y a Eduardo Chicharro, quien llegará a ser su mentor artístico.

María se verá alentada por su marido a dibujar y pintar pero fue después de fallecer este (1910) cuando se dedicó con entusiasmo al arte. Comenzó copiando obras del Museo del Prado y fue especializándose en escenas de género y sobre todo en retratos, en los que predomina el color sobre el dibujo debido a la influencia de pintores como Cecilio Pla y Joaquín Sorolla. La parte más interesante de su carrera se desarrolló entre 1911 y 1914 época en la que realizó una serie de retratos y autorretratos de gran  expresividad. Participó en pocas exposiciones, solo se conoce su presencia en las de Múnich y el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1912.
MaRo, Retrato de su hijo Joaquín

La obra que se expone en las salas del siglo XIX del Museo del Prado es un Autorretrato de cuerpo entero donado en su día al Museo por Eugenia Soriano Roësset en 1985, en memoria de su abuelo Soriano Murillo que había sido Subdirector del Museo. Incorporado por la fecha al Museo de Arte Reina Sofía, que lo ha cedido ahora en depósito al Museo del Prado para su exposición.
MaRo - Autorretrato de cuerpo entero, 1912 [P7642]

María Blanchard
(Santander, 1881 - Paris, 1932)

María Gutiérrez Blanchard fue la tercera hija de Enrique Gutiérrez-Cueto y la francesa Concepción Blanchard. Su vida estuvo condicionada por sus limitaciones físicas. Se suele decir que un accidente sufrido por su madre durante el embarazo le causó una desviación de columna pero hoy sabemos por Gloria Crespo (2012) que la cifoescoliosis que padecía estaba causada por una alteración cromosómica. Padecía también una fuerte miopía. 

Aficionada desde niña al dibujo, su familia la anima para ir a estudiar a Madrid a donde llega en 1903 para formarse en pintura con Emilio Sala, y al año siguiente toda la familia se traslada a Madrid. En 1906 pasó al estudió de Fernando Álvarez de Sotomayor y en 1908 al taller de Manuel Benedito y ese año se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra Los primeros pasos consiguiendo una tercera medalla.

El Ayuntamiento y la diputación de Santander le conceden unas becas de estudio que utiliza para ir a París en 1909. Allí Acude a la academia Vitti donde su aprendizaje va a dar un giro hacia el color y la expresividad con Anglada Camarasa y Van Dongen. En 1910 acude a la Academia de María Vassilief, pintora rusa que le da a conocer el cubismo. Presenta en la Exposición de Bellas Artes su obra Ninfas encadenando a Sileno, con la que obtiene una segunda medalla. 

Finalizado el periodo de su beca vuelve a España y la solicita de nuevo siéndole renovada por la Diputación para dos años más, por lo que vuelve a París en 1912, donde contacta con el círculo de la vanguardia cubista, especialmente con Juan Gris y Jacques Lipchitz. Aunque recibe la influencia cubista ella la adapta a su propio modo de hacer y la enriquece de color. Sostiene en contra de Braque que decía amar «la norma que es capaz de corregir la emoción», que «la emoción es capaz de corregir la norma».  

Maria Blanchard, Guitarrista (1918) y Pianista (1919)

Después de una estancia como profesora e Salamanca donde siente que sus ideas en pintura no son comprendidas, decide instalarse definitivamente en París de donde ya no volvería. Expone en varias ocasiones en el Salón de los Independientes de París y en exposiciones dedicadas al cubismo y galerías de Bruselas. La presencia constante de sus hermanas que viven a costa de ella la llevan a una situación de sobrecarga física y psíquica por las estrecheces económicas que le sobrevienen. Trabajó incansablemente, pese a encontrarse ya enferma, y -según sus amigos- en un estado de abandono físico. Murió en 1932. Según su biógrafo, Manuel Arce, «la sorprendente muerte» de María Blanchard, a los 51 años, no fue de tuberculosis, sino por agotamiento físico. 

Cuando García Lorca conoció la noticia de su muerte le dedicó una conferencia en el Ateneo de Madrid, con el título: Elegía a María Blanchard.

Fragmento final de la Elegía a María Blanchard (1932) / Federico García Lorca. BNE

El cuadro que se expone actualmente en el Museo Joven con cofia - La boulonnaise (1922-23) adquirido en 2021 con los fondos del legado de Carmen Sánchez (2017), representa a una pescadora de la región del Boulonnais en el departamento de Pas-de-Calais.  El uso de un variado colorido sobre el vestido negro, muestra la tendencia al cromatismo variado que incorpora la pintora a sus obras en esas fechas. Es una obra apenas vista hasta ahora pues solamente se incluyó en una exposición de la pintora en la Galería Centaure de Bruselas en abril de 1923.  
María Blanchard, Joven con cofia - La boulonnaise 100x65cm. (1922-23) [P8371]


FERNANDA FRANCÉS DE ARRIBAS
Valencia, 1863 - Madrid, 1939 

Fernanda Francés es una pintora especializada en flores y bodegones. Fue discípula de su padre, el pintor Plácido Francés y Pascual quien tuvo otro hijo pintor de su segundo matrimonio, Juan Francés  Mexía.

Fue profesora de la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid, de la asignatura de Dibujo, Pintura y Modelado que obtuvo por oposición en 1888. Posteriormente obtuvo también la cátedra de Pintura de la Escuela del Hogar en Madrid. Se casó en 1893 con el pintor granadino Cayetano Vallcorba y Mexía, discípulo de Alejandro Ferrant y de Plácido Francés, que también era profesor de la Escuela de Artes.


Además del aprendizaje con su padre, asiste a las clases del especialista en pintura de flores, Sebastián Gessa.  A partir de 1881 concurre a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en las que recibe buenas críticas. En 1887 obtuvo una mención honorífica y en 1892 una tercera medalla por la obra Jarrón de lilas que fue comprada por el gobierno. En la  exposición nacional de 1897 volvió a obtener medalla, esta vez segunda, por la obra Ostras y pájaros.
Fernanda Francés. Jarrón de lilas. [P06352] 


Hasta aquí la información sobre la presencia de obras expuestas de pintoras en el Museo del Prado que cierro con una relación actualizada de pintoras y dibujantes del Museo agrupadas por su situación, marcando con asteriscos aquellas que figuran en más de un grupo.

      LAS PINTORAS EN EL ALMACÉN
LAS PINTORAS DEL PRADO DISPERSO

EMILIA CARMENA MONALDI